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Joker: el rey de la comedia

Hace apenas unos meses había dos cosas que parecían imposibles: que una película del universo DC eclipsase a la maquinaria de Marvel y que un actor lograse una versión de Joker que pudiera sobrevivir a la sombra de Heath Ledger. Al final ha tenido que ser un proyecto cuyo anuncio levantó muchas cejas. Cuando el universo DC estaba en su punto más bajo, con colosales catástrofes como Batman v Superman o La Liga de la Justicia convertidas en memes, se anunció un extraño proyecto sobre el origen del más grande de los supervillanos -que acababa de ser descuartizado por Jared Letho en Escuadrón Suicida-. Lo más peculiar de ese proyecto es que en la producción estaba ni más ni menos que Martin Scorsese.

Dedicada a Martin Scorsese

Scorsese acabó abandonando el proyecto, pero su espíritu no lo hizo. Y es que la película dirigida de forma soberbia por Todd Phillips (Resacón en Las Vegas) mezcla sin pedir ningún tipo de pudor Taxi Driver y El rey de la comedia. Hasta tal punto homenajea estas dos películas que Robert De Niro hace un papel muy parecido al de Jerry Lewis en la película de 1982: una estrella del humor televisivo que se convertía en la obsesión de un aspirante a comediante sin demasiado talento pero un tanto tarado, que interpretaba el propio De Niro. Los guiños a estas dos películas son constantes: esta versión de Gotham es casi idéntica al Nueva York lleno de escoria que Travis Blicke patrullaba en su taxi, planos frontales de Joaquin Phoenix caminando por la calle que recuerdan a los de De Niro, solo faltaban los encadenados.

Una escena al inicio de la película en la que Arthur -nombre real de Joker en esta versión- se imagina en el Late Night que presenta De Niro es casi un spoiler si se ha visto El rey de la comedia, mientras que más adelante le vemos practicar su participación en el programa con planos que recuerdan al “me estás hablando a mi” de Taxi Driver. De la obra maestra de Scorsese toma también buena parte del estudio del personaje, de cómo una persona con ciertos problemas puede entrar en una espiral psicopática tras ser maltratada por la sociedad. De El rey de la comedia toma el lenguaje de las escenas imaginarias de Arthur y buena parte de la trama que nos lleva hasta el clímax de la cinta.

Joaquin Phoenix: el Joker que Gotham merecía

Es curioso recordar como el anuncio de que Heath Ledger interpretaría a Joker en El caballero oscuro fue recibido con duras críticas, críticas que desaparecieron cuando salió el primer trailer. Ver aquella película sabiendo que no volveríamos a ver ese excepcional Joker fue duro. Más duro fue ver después la versión EMO-millenial que nos trajo Jared Letho. Parecía que no volveríamos a ver algo así. Pero Joaquin Phoenix… ¡ay, Joaquin Phoenix! A pesar de que tanto el Joker de Ledger como el de Phoenix son una interpretación realista del personaje (nada que ver con las versiones más cartoon de Nicholson o incluso la de Mark Hamill en las versiones animadas), son difícilmente comparables.

Ledger era más inescrutable, en ningún momento sabes qué busca exactamente, más allá de ver el mundo arder. Al ser una historia en la que se relata el origen, el Joker de Phoenix es menos misterioso, sabes de dónde viene y puedes tener una idea de a dónde va -sobre todo si sabes algo del personaje y has visto las películas de Scorsese antes mencionadas-, sin embargo es un personaje mucho más frágil y humano.

Porque el siglo XXI es el siglo XXI, el estreno de Joker ha venido acompañada con su polémica, asegurando que se trata de una película que glorifica la violencia y que te hace empatizar con un psicópata. Lo cierto es que no es así. Joker muestra la violencia y explica sus orígenes, algo que es muy diferente a justificar. Muestra como una sociedad que no cuida de quienes lo necesitan puede crear monstruos. Como Taxi Driver.

Phoenix tiene un papel fundamental en que este mensaje se transmita de forma correcta. Y es que gracias a su excepcional interpretación ves a una persona que sufre, recibiendo golpe tras golpe, pero en vez de empatizar con él, te da miedo. Y si alguien te da miedo, es que la película no te lo quiere presentar como un rol a seguir.

¿Era necesaria una historia de origen de Joker?

Después de haber visto al Tio Ben morir en cada versión de Spider-Man, las historias de origen de los superhéroes han empezado a tener mala prensa. En el caso de Joker, además, el hecho de que no tenga un origen claro ha sido siempre uno de sus encantos -dándole ese misterio del que hablábamos antes y que tan bien explotó Nolan en El caballero oscuro-. En los cómics el personaje tiene historias contradictorias e incluso muchas veces juega con la posibilidad de que esa historia sea un invento del propio Joker, como en La broma asesina de Alan Moore.

La necesidad de contar esta historia era una de las dudas que sobrevolaban a este proyecto, y la respuesta es simple: da igual. Da igual porque la película funciona como un tiro desde el minuto uno y porque la continuidad en las películas y cómics de superhéroes tampoco hay quien la entienda. Además, la última escena puede ser interpretable como que todo era un delirio más de un Joker encerrado en el asilo de Arkham, por lo que deja la puerta abierta a que en el futuro veamos otras historias de origen de este Joker de Phoenix… y uno podría pasarse toda la vida viendo a Joaquin Phoenix hacer de Joker.

Un golpe en la mesa de DC

Joker no es una película perfecta. Los guiños a las películas de Scorsese pueden hacerse algo excesivos, además en algún momento la crueldad de la sociedad hacia el protagonista es algo exagerada. Las agresiones físicas, que recibe, en la escena inicial y luego el puñetazo de Thomas Wayne, son injustificadas y tampoco aportan nada real a la historia. Otras, como la de la escena pivotal en el metro, podrían haber estado más trabajadas.

Sin embargo, no cabe duda de que DC ha dado un muy necesitado puñetazo sobre la mesa. Tras  una década larga perdido a la sombra de Marvel, y con apenas una película medio decente, Wonder Woman, y muchos abortos cinematográficos como Hombre de Acero, Aquaman o Suicide Squad, Joker es una cinta inconmensurablemente superior a todas las que ha hecho Marvel con su plantilla de humor ligero y una de las mejores películas del año. En muchos aspectos es un regreso a la fórmula de la trilogía de Nolan, que no deja de ser el último éxito cinematográfico de DC. Queda por ver si logran hacer alguna película digerible con un personaje que no sea del universo Batman. 

Pero a la espera de ver qué hace DC a partir de ahora, uno solo puede aplaudir una película de superhéroes que busca ser algo más que entretenimiento ligero como Marvel y que a la vez no se cree un tratado de filosofía siendo una galleta de la fortuna como Batman v Superman y demás estupideces de Zack Snyder.

Y, ay, Joaquin Phoenix. Que alguien se ocupe de cuidárnoslo bien que nos tienen que durar años. Entre algodones lo queremos. Es el auténtico rey de la comedia.

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