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Qué esperar de Witcher de Netflix ¿Puede ser la nueva Juego de tronos?

Juego de Tronos es una serie que ha marcado una época. Mientras trataban de buscar un nuevo Perdidos -con fiascos como Flashforward Terranova-, HBO se arriesgó y apostó por adaptar Canción de hielo y fuego de GRR Martin. Hoy puede parecer absurdo calificar Juego de tronos como «riesgo», pero lo cierto es que la HBO había cancelado RomaDeadwood muy recientemente, dos series extraordinarias que tienen muchos aspectos en común -especialmente Roma– con la saga épica, tanto a nivel temático como de costes de producción. Con la lucha por el Trono de Hierro enfilando su penúltima temporada, se buscan sucesores. Y Witcher de Netflix es una extraordinaria candidata.

Durante más de una década, HBO fue el gran sinónimo de calidad: Los Soprano, A dos metros bajo tierra, The Wire, Curb Your Enthusiasm… ninguna otra cadena les podía ni soplar. Hasta que llegó NetflixHouse of Cards puso a la plataforma de streaming en el mapa de la producción propia y más tarde otros «Netflix Originals» como BoJack HorsemanOrange is the New BlackNarcosBloodline la han puesto en disposición de luchar por el trono. Por eso, el anuncio de que produciría una adaptación de Witcher ha levantado tanta expectación, aunque todavía deberemos esperar al menos un año para ver el resultado.

El brujo: Qué es la Saga de Geralt de Rivia

Witcher de Netflix ¿Puede ser la nueva Juego de tronos?

Cuando en 1994 GRR Martin entregó a su agente las 200 primeras páginas de lo que luego sería Juego de Tronos, Wiedźmin llevaba ya ocho años publicado. El brujo (1986) es un cuento escrito por el polaco Andrzej Sapkowski. Es el primero de una serie de cuentos que más tarde derivarían en una saga de cinco novelas protagonizadas por el brujo Geralt de Rivia.

GRR Martin ha sido aplaudido por dar un toque adulto a la fantasía, alejándola del los personajes icónicos y profundizando en ellos, por crear un mundo realista, crudo y salvaje. Lo cierto es que antes que él, Sapkowski hizo lo mismo, aunque con una aproximación mucho más irónica, mofándose en muchos momentos de los tópicos y las convenciones de los cuentos tradicionales y de la literatura fantástica sin llegar nunca a ser una comedia.

La saga está ambientada en los Reinos del Norte, una colección de pequeñas naciones que viven bajo el constante peligro de ser invadidos por el Imperio de Nilfgaard, una gran potencia del sur. En ellos se gana la vida Geralt de Rivia, un brujo albino. Y quien se imagine a los brujos como encapuchados que tiran rayitos por las manos, que se olviden de esa imagen.

Geralt es un cazador de monstruos que carga dos enormes espadas a su espalda. Una de plata, para los monstruos y otra de acero, para los humanos. Un mutante con ojos de gato modificado genéticamente de niño para tener más fuerza, más rapidez y resistencia que cualquier humano. Un arma viviente para defender los caminos y las villas de monstruos y rompiendo maldiciones. Siempre por una cantidad adecuada de oro, que Geralt es un profesional, no un héroe. Un profesional con un fuerte código ético y con una lengua afilada y ácida que no se calla ante nada.

¿Cómo puede ser la adaptación?

Saga de Geralt de Rivia

Aquí viene donde se complica la cosa. Adaptar la obra de Sapkowski no es tan sencillo como «empezar por el principio y tirar hacia adelante». No vale con ser fiel al material original, sino que exige una profunda adaptación de la estructura del material original.

El autor polaco comenzó escribiendo un relato El brujo, al que le seguirían otros hasta formar un total de trece. Esos relatos componen los dos primeros libros de la saga -El último deseo y La espada del destino– y aunque son continuaciones directas, tienen un carácter autoconclusivo.

A medida que avanzan, crece la relación entre los relatos, sobre todo a raíz de la aparición de los personajes de Yennefer y -muy sobre todo- Ciri. Es a partir de la aparición de Cirilla de Cintra, hija adoptiva de Geralt, que la historia toma un nuevo rumbo que Sapkowski narró a lo largo de cinco novelas en las que el brujo tendrá que enfrentarse intrigas políticas, una guerra, y a criaturas espectrales, logias de hechiceras y al emperador Emyr Van Emreis para proteger a Ciri, quien posee un poder olvidado y es objeto de una vieja profecía.

Witcher de Netflix ¿Puede ser la nueva Juego de tronos?

Y esta evolución es la que hace complicada la adaptación. Si Witcher de Netflix quiere hacer justicia a las obras originales, tan necesarias son las aventuras episódicas como los largos arcos argumentales. Hay muchas opciones para abordarlo, todas posibles y todas con un cierto riesgo. Apostar por la evolución original puede hacer que muchos espectadores que -acostumbrados a las series actuales- pierdan el interés pronto en una historia episódica sin dar tiempo a que la historia de Ciri arranque. Empezar la serie con la historia de La sangre de los elfos puede hacer que el personaje de Geralt y su evolución sean menos interesantes. Encontrar un equilibrio entre ‘el monstruo de la semana’ y un arco amplio puede ser complicado, pero posible como vimos en Fringe.

Esta última es, quizá, la opción por la que yo me decantaría. Al fin y al cabo esto es El brujo. Queremos Ciri, queremos estringes, queremos a Yennefer, queremos lumias, queremos a Jaskier, a Regis, a Triss y a Leo Bonhart, pero también queremos lumias, cocotrices y kikimoras. Y, sobre todo, queremos mucho, mucho Geralt.

Witcher de Netflix, bajo tres sombras alargadas

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Toda adaptación vive bajo la sombra del original. Además, va a ser inevitable que Witcher de Netflix se la compare continuamente con Juego de Tronos -cuyo «cadáver» todavía estará caliente cuando Geralt llegue a las pantallas-. Compartir género con el mastodonte de HBO es motivo para comparar, pero en este caso los parecidos van más allá por tratamiento de personajes y su tono adulto. Si hasta hay personajes como Dijkstra y Varys que son casi calcados (y para los que digan que Witcher copia a Juego de tronos, Dijkstra apareció dos años antes que Varys).

Pero, además, Witcher se enfrentará a una exquisita adaptación anterior de la obra de Sapkowski. No hablo de la serie polaca Haxan -que no he visto y además tengo entendido es bastante regulera-, sino de la trilogía de videojuegos desarrollada por CD Project Red. De los tres, sólo he jugado al último –Witcher 3: Wild Hunt, cuyo trailer, puede servir para hacerse una idea de qué nos podemos encontrar en la serie- y es uno de los mejores que he probado nunca. No solo plasma a la perfección el mundo y los personajes, sino que además enfrenta a los personajes a dilemas morales similares a los que encuentra Geralt en las novelas, obliga a tomar decisiones y enfrentarse a las consecuencias.

Con una narrativa extraordinariamente cuidada y unos diálogos excelentes, además cuenta con una ventaja. Si bien la historia principal es parecida a lo que podemos encontrar en las novelas, el jugador puede desviarse de esta y aceptar misiones secundarias y contratos de brujo (¡Sí! ¡Matar fuckin monstruos! ¡Yeah!). Estas misiones tienen un sabor muy parecido al de los cuentos con los que nació la saga. El salto de uno al otro es tremendamente natural, principalmente porque es el propio jugador quien decide cuándo darlo.

No sé qué planean los guionistas de Netflix, pero es extremadamente difícil que puedan hacer algo tan orgánico. Y cortar la historia principal para dedicar un capítulo a una trama autoconclusiva en una serie es algo extremadamente crítico, por mucha calidad que tenga el episodio. Solo hay que recordar dos de los episodios más odiados de la televisión moderna: el episodio de Nicky y Paolo en Perdidos y el de la mosca de Breaking Bad. Ambos son buenos episodios -excelente en el caso de Breaking Bad-, pero ambos cortan la historia en un punto en que los espectadores querían continuar y no un parón -y una historia que nadie quería saber en el caso de Nicky y Paolo-.

Witcher de Netflix ¿Puede ser la nueva Juego de tronos?

La capacidad narrativa de los videojuegos está muy subestimada cuando su potencial es gigantesco. Witcher 3: Wild Hunt es uno de los que más lo aprovecha, y el Witcher de Netflix tendrá que enfrentarse a él. Un rival casi más duro que Juego de tronos.

Material perfecto para una serie de televisión

Witcher de Netflix ¿Puede ser la nueva Juego de tronos?

A pesar de las dificultades antes mencionadas, la saga de Geralt de Rivia es material perfecto para una serie. Mientras la leía, me sorprendía que ninguna cadena le hubiera echado el guante ya para tener su Juego de tronos.

No se me ocurre una plataforma mejor donde una serie de El brujo pueda desarrollar todo su potencial -quizá podría lograrlo también Amazon, como está dejando claro American Gods-. Netflix es un sello que ofrece calidad, recursos económicos, libertad creativa y capacidad de tomar riesgos. Justo lo que la saga de Geralt de Rivia necesita no solo para ser la nueva Juego de tronos, también para ser mucho más: para ser Witcher una serie con personalidad propia que se libere de la sombra de los dragones y brille con luz propia.